Desde hace casi 10 años vendo todos los días.
Algunos de esos días, además de vender, me compran (lo cual no es lo mismo).
Los que lo hacen, imagino que se debe a que mando un correo al día donde te enseño a escribir mejor de lo que te han enseñado en la escuela (cosa que no será difícil).
Y a vender mejor de lo que lo hace tu compañía telefónica de desconfianza cuando te llama.
Regístrate hoy y recibe:
– La estrategia que ha hecho que me compre gente importante (y otros que no lo son tanto pero que venden que te cagas).
– Un regalo que no te costará dinero pero que te hará ganar mucho desde hoy mismo: «Lo que aprendí de mi amigo el de los mojitos sobre cómo vender sin vender». Lo implementas y me cuentas.
– Acceso a cosas que solo vendo a quien lee mis correos.
Para cumplir con el RGPD (Reglamento General de Protección de Datos) y entender que tus datos están seguros, debes leer y aceptar la política de privacidad. Tus datos serán guardados en WildMail, proveedor de email marketing. Puedes solicitar la eliminación de tus datos enviando un email a info@elocuentes.com.
– Lo que un tipo con corbata y medio millón en efectivo me enseñó sobre vender
– Cómo mojar todas las noches de tu vida
– El peor consejo de ventas que jamás me han dado
– Cómo le hice ganar a un tipo 180.000€ en 48 horas (y lo que yo me llevé)
– Lo que opino de las ventas
– Anécdota de cuando escribí un libro para una famosa
– Por qué dejé un negocio de siete cifras anuales
– ¿Se puede vender lo que sea?
– Véndeme este bolígrafo (no funciona)
– Un tonto motivado
Te ahorro los veinte (o treinta para algunos) segundos de ir a la RAE: «capacidad de hablar o escribir de forma eficaz para deleitar, conmover o persuadir».
O sea, lo que he hecho hasta aquí contigo para que todavía estés leyendo.
Y lo que haré para que lo sigas haciendo las próximas líneas.
Ser elocuente.
No es fácil serlo, créeme. Si no, todo el mundo vendería y ligaría a partes iguales y, ¿a cuántas personas conoces que sepan hacer bien ambas cosas?
… (cri, cri, cri)
Lo suponía.
Alguien elocuente, vende.
¿Y qué hay tras esta web?
Ventas. Muchas ventas. Ventas que te dan igual porque no las has hecho tú.
A ti te importan las tuyas. Normal.
Hablemos de tus ventas entonces, ¿qué tal van?
(Sé honesto, que nadie está mirando…)
¿Ya te han contado eso de que vender es ayudar y ayudar es vender?
Porque esa es solo una forma más de hacer el ridículo intentando justificar una venta.
Las ventas no se justifican.
Te cuento la milonga de que vender es ayudar:
Si te intentan vender diciéndote que vender es ayudar, dentro de ese burdo argumento también verás acompañado un ejemplo casi igual a este:
«¿Nunca has convencido a tu amigo de que es mejor ir al cine en lugar de ir a cenar? Entonces le estabas vendiendo, ya sabías vender aunque lo hicieras sin querer».
O este también: «¿nunca has conseguido que alguno de tus padres te comprase una chocolatina en el supermercado cuando eras pequeño? Y lo argumentaste para que te la comprasen. Entonces estabas vendiendo…».
Vender sí, estabas vendiendo, pero, ¿dónde cojones está la ayuda para tu amigo que quería ir a cenar y está sentado viendo El Grinch mientras le caen palomitas del niño de detrás?
En ningún sitio.
Explico esto siempre a todos mis clientes y a los alumnos a los que doy clase para que se quiten de la cabeza todas las mamonadas (que no son pocas) que hay asociadas a la venta.
Y empiecen a ser elocuentes.
Un humano como tú.
No te lo tomes a mal (o sí, y te vas), pero realmente no te importa quién soy.
Y eso es lo segundo que quiero que entiendas cuando vayas a vender cualquier cosa:
No le importas a nadie.
Igual que yo tampoco te importo a ti.
A ti te importa lo que te puedo vender, y a tu cliente le importa lo que tú le puedes vender.
Nada más.
Te cuento algo sobre mí para que sepas lo que sí te importa:
Casi siempre soy un fantasma.
No de los de las pelis de miedo. Ni de los que intentan impresionar a otros con mentiras.
El de la Ópera, tampoco.
Te cuento lo que hago mientras no escribo páginas como esta.
Alguien viene y me paga por escribirle lo que él me pida de la forma que yo considere.
Yo cobro, lo escribo y desaparezco (siempre en ese orden). Sin más.
El que me paga me pone cara, nombre y apellidos (y número de cuenta bancaria), pero el resto no sabe que yo he estado ahí nunca.
Ahora lo entenderás mejor.
«Esos que me pagan» son YouTubers, influencers, infoproductores, futbolistas y directivos en su mayoría. Gente con panoja y una reputación que cuidar.
Gente a la que no le interesa decir, por ejemplo, que su propio libro no lo han escrito ellos. Normal.
O que su newsletter que tanto gusta y divierte a sus clientes, tampoco la escriben ellos (ni una sola palabra, como decía la canción).
O que ese speech de ventas que les acaba de generar miles de euros, lo acaban de leer a cámara por segunda vez en su vida.
También les formo en ventas y les ayudo a escalar su negocio.
Ellos ganan gracias a mí, yo gano gracias a ellos.
No ayudo a nadie, le vendo y me compra.
Hay trato.
Ahora hablemos del nuestro.
No hay cursos grabados.
Ni webinars.
Ni clases «en directo» que llevan grabadas tres años.
Ni PDF’s solucionavidas.
No hay nada de eso.
Solo estamos mi cerebro y yo.
(Y más adelante tú, si quieres).
Que puede no parecerte mucho (y te invitaré a cerrar la puerta al salir) o puede parecerte todo.
Pero nada de todo lo anterior te va a servir para vender porque las ventas no dependen de las fórmulas sino del que las aplica.
Si yo te vendo una fórmula mágica pero tu eres un cero a la izquierda vendiendo, adivina cuánto venderás.
Lo que quiero es que sepas vender, y luego apliques la fórmula que te dé yo o la que te dé la gana.
El primer paso para cualquiera que esté cansado de no vender tanto como le gustaría es muy sencillo:
Dejas tu email.
Lees lo que te envíe.
Aplicas.
Aplicas.
Aplicas.
Me lo cuentas.
(Entre aplicar y aplicar te voy a vender y es posible que te entren ganas de comprar, no te preocupes, es normal).
Te apuntas aquí abajo:
Al dejar tu email aquí arriba recibes:
– La estrategia que ha hecho que me compre gente importante (y otros que no lo son tanto pero que venden que te cagas).
– Un regalo que no te costará dinero pero que te hará ganar mucho desde hoy mismo: «Lo que aprendí de mi amigo el de los mojitos sobre cómo vender sin vender». Lo implementas y me cuentas.
– Acceso a cosas que solo vendo a quien lee mis correos.